La mejor comida del menú de McDonald's, clasificada

Nadie abre un Big Mac. Pero éramos cuatro, así que cogimos un cuchillo de plástico del mostrador, cortamos una sección transversal y luego la volvimos a cortar en cuartos. Y en realidad tenía muy buena pinta: tres capas de panecillo, salsa especial y ya sabes el resto. Se parecía mucho a las hamburguesas que se encuentran hoy en día en los restaurantes de todo el mundo. Este es, después de todo, el Big Mac, el orgullo de los arcos, un pilar de la cultura pop. Y no estuvo bien. Las hamburguesas estaban secas y sin sabor, como si alguien hubiera construido accidentalmente las nuestras con posavasos viejos. Sin sabor a hamburguesa real, se convirtió en un sándwich de salsa especial y queso, cuya textura proviene mayoritariamente de fragmentos de iceberg. Por amor a Ronald McDonald, pida el Quarter Pounder y pídalo con salsa especial.